El ballet clásico, como cualquier otra danza, no sólo
consiste en realizar unos pasos tras otros, sino que tiene que transmitir
sentimientos, expresar emociones y explicar una historia.
Para un público que no está familiarizado con el mundo de la
danza, es mucho más sencillo disfrutar de una obra que contiene una historia y
no de una coreografía en la que un paso sigue a otro.
En este caso es muy importante la expresión de las
bailarinas, no solamente la técnica, la cual también debe estar muy pulida.
Este tema nos lleva a otro, el de la originalidad y la
creatividad necesaria a la hora de crear un nuevo espectáculo. Todo es importante, técnica, expresividad,
maquillaje, peinados, attrezo, vestuario, zapatillas de puntas…
Como ocurrió con la participación en los concursos de danza,
sabemos que en este terreno también nos saldrán imitadores, igual que parece
ocurrir con nuestra compañía amateur. De repente parecen emerger compañías por
todos los rincones.
No obstante, esto no nos va a derrumbar, al contrario. Que
alguien intente copiar lo que llevamos haciendo desde hace años no hace que nos
sintamos despreciados, sino que nos llena de orgullo.
Sabemos que no dejamos
indiferente a nuestro público, formen parte o no del mundo de la danza.
Si alguien cree que va a hundirnos con malas imitaciones de
nuestro trabajo va muy equivocado. Porque aunque seamos un grupo pequeño,
estamos llenos de profesionalidad, disciplina y amor por la danza.
Así que ya pueden seguir intentando copiarnos en todo lo que
quieran, porqué cada imitación, es una confirmación más de que estamos haciendo
bien nuestro trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario